Esta reflexión es sobre las propuestas del Profesor Jaume Martínez Bonafé con relación a la integración de las nuevas metodologías en las enseñanzas, que pretenden buscar una pedagogía innovadora que comprende formas de introducir técnicas en la educación más personalizadas que empiezan con la experiencia y la importancia de compartir los conocimientos. Su argumento principal tiene un enfoque específicamente en los libros de texto, debido a su papel en la enseñanza, ya que son las herramientas que siempre han conducido el aprendizaje; sin embargo hoy en día los libros de textos tienen un papel secundario y se pueden complementar con didácticas informáticas y actividades más lúdicas que a la vez tienen aspectos educativos interactivos, es decir, la informática actual comprende elementos que son compatibles con formas de aprender que no son tan monótonas como un libro de texto, que solamente aporta una perspectiva única. Sin embargo, los cambios a veces necesitan un período de asimilación, y por lo tanto, los libros de texto aún están integrados en el currículo.
Consecuentemente, el Profesor Martínez Bonafé considera este tipo de aprendizaje, basado en los libros de texto, como un instrumento pedagógico escolástico y considera que debido a las fuentes de información tan maravillosas de que dispone la sociedad actual, los individuos dentro de la sociedad deberían tener en cuenta la experiencia de la vida del sujeto y el conocimiento además de la separación de la cultura y la experiencia institucional. Entonces el Profesor Martínez basa su trabajo en esta revolución, y presenta una noción distinta, porque según su filosofía hay que cambiar la mentalidad hacia metodologías menos tradicionales. Está noción está difundida en las palabras de profesor Jordi Adell en su blog porque son muy relevantes de acuerdo con este debate, y la importancia que supone una metamorfosis de pensamiento, o unos cambios en la educación que responde a la vida actual, teniendo en cuenta que los niños están todo el día utilizando el ordenador, y pueden encontrar información sobre cualquier concepto en un instante, tan solo con una búsqueda en google (sobre historia, geografía, mapas en google, etc.) esto significa que saben más (aunque a veces lo que leen no es verdadero) y que la información está siempre a su alcance: habrá que obrar en consecuencia. Según estas ideas Adell escribe:
“Los maestros y maestras educan, sus libros son, o eran en su tiempo, una ayuda. Igual que la Internet ahora. Desgraciadamente . . . en Internet hay recursos mucho mejores que sus unidades didácticas, “contenidos” que los maestros usan en sus actividades didácticas. Pero en Internet hay más cosas: hay, por ejemplo, herramientas fantásticas para enseñar y aprender (¿han visto alguna vez Google Maps?), y hay otros docentes y alumnos de todo el mundo, con los que aprender juntos… y eso, sus libros actuales y futuros no lo van a tener.”
Estas herramientas son imprescindibles para mejorar el aprendizaje; por ejemplo, con las tecnologías geoespaciales y los satélites es posible ayudar en momentos de crisis como Tsunamis o incendios forestarles para encontrar vías de escape; estas tecnologías en el aula tendrán resultados revolucionarios, y los niños tendrán en su poder instrumentos para cambiar su futuro en muchos aspectos.
Por otro lado, centrándonos en las ideas de Profesor Martínez sobre la polémica de estas ideas tan innovadoras en el campo de la pedagogía, (por ejemplo él reflexiona sobre una escuela sin asignaturas) él destaca la teoría de la pedagogía de Freire como un ejemplo de cómo los libros de texto son como la educación bancaria que describe Freire en La Pedagogía del Oprimido, “el texto es depositario de una práctica social regida por las condiciones económicas del capitalismo (Matínez Bonafé, 2002:16).” Asimismo, Freire comenta sobre los roles del profesor y alumno cuando la clase dominante ejerce su poder y la educación resulta como un acto que no permite el pensamiento de los alumnos, que son como objetos sin sentimientos. Para transformar está relación hay que desarrollar un diálogo entre el educando y el educador para que “. . .nadie educa a nadie – nadie se educa a sí mismo- los hombres se educan entre sí con la mediación del mundo (Freire 2002, 50)”. En el momento que llegan a este acuerdo se dan cuenta de la necesidad de su existencia. La educación se basa en la conciencia de la persona.
A su vez, el profesor Martínez Bonafé se concentra en las experiencias del maestro y del alumno como métodos pedagógicos que utilizan las nuevas formas de comunicación, así se puede construir un nuevo futuro desde nuestras competencias, utilizando las herramientas que están a nuestra disposición; estas tecnologías se han presentado con una “magia” inesperada, una transformación en las maneras de comunicar, intercambiar pensamientos y aprender; también pueden contribuir a una nueva forma de educación si somos capaces de saber manejar su uso hacia los objetivos deseados, específicamente hacia el futuro de una nueva generación de alumnado que será capaces de participar en su formación.
Referencias:
Adell, Jordi: http://elbonia.cent.uji.es/jordi/2010/06/06/carta-a-los-editores-de-libros-de-texto/ consultado 25 de noviembre de 2010
Friere, Paulo (2002). Pedagogía del Oprimido. Barcelona: Editorial, Siglo XXI.
Martínez Bonarté, Jaume (2002). Políticas de los libros de texto escolar. Ediciones Morata: Madrid.